miércoles, 7 de agosto de 2019

Declaración de la Comunidad Mapuche-Tehuelche Lof Newentwaiñ Iñchiñ


Costa de Lepá, 27 de julio de 2019

*Declaración de la Comunidad Mapuche-Tehuelche Lof Newentwaiñ Iñchiñ*


Las comunidades del departamento Cushamen y demás departamentos de la provincia de Chubut presentes, reunidas en trawn el día de la fecha, y warriaches (gente de la ciudad), nos queremos dirigir al Pueblo-Nación
Mapuche, a las comunidades vecinas, a las organizaciones sociales y a la población en general para comunicarles que:

Kiñe: Durante el allanamiento efectuado a nuestra comunidad el día lunes 22 de julio, en presencia de la abogada Sonia Ivanoff, el personal policial se dirigió a los comuneros diciendo que no se hacían responsables si había otro Santiago Maldonado; que es mentira que el señor denunciante, Pintos Marcos, fuera recibido por miembros de la comunidad encapuchados. La tranquera al momento de la recuperación estaba abierta, se ingresó a cara descubierta y pacíficamente. Ninguna de las pertenencias del sr. Pintos fue violentada, ni se ingresó dentro de la casa. 

La comunidad representada por el kona Eusebio Antieco hace más de un año, a través del juzgado de paz, se dirigió al sr. Pintos para comunicarle que había sido estafado por el sr. Bestene al haberle vendido este las tierras
comunitarias; que así mismo la comunidad se ponía a su disposición para hacerle conocer cualquier documentación que rectifique de manera fehaciente dicha estafa.

Epu: Queremos denunciar también el hostigamiento a una de nuestras autoridades ancestrales por parte de Cecilia Mansilla y María Taylor, para que firmara documentos calumniantes y difamadores en contra de la recuperación.

Kula: Así mismo queremos alertar del rechazo y la desestimación que hizo el juez José Luis Ennis del pedido de habeas corpus presentado por APDH Esquel, por considerar que “no hay temor o peligro de violencia”. 
Le queremos decir al sr. Juez que somos parte de una misma y única Nación Mapuche-Tehuelche que vienen masacrando desde la conquista del desierto y hasta la actualidad; que estamos al tanto y tenemos la sangre fresca de nuestros pu lagmien fusilados a un lado y otro de la Wallmapu, de Rafael Nahuel, de Matías Catrileo, de la desaparición de los hermanos Calfullanca en Cholila, de las balas que han recibido nuestros pu lagmien en las Pu Lof Departamento Cushamen y en la Lof Winkul Mapu; de las causas abiertas, del encarcelamiento, de la persecución y el acorralamiento al que llevan a los mapuche cada vez que nos rebelamos. 

Sí hay peligro de violencia, sr. Juez, y es inminente. Por eso solicitamos se haga efectiva de manera urgente la concreción de la mesa de diálogo que ha sido
solicitada por el mismísimo Eusebio Antieco el día en que se produjo el altercado con el sr. Pintos y demás terratenientes que le cortaron el camino a la gente que se acercaba al territorio.

Meli: La ausencia de políticas de estado serias nos han cercado a esta situación. La gente tiene la necesidad de acceder a la tierra porque nos sitian y nos cercan y las tierras productivas están en manos de terratenientes. Nuestros territorios están en la mira de proyectos hidroeléctricos, mineros, petroleros, nucleares, para alimentar las mineras de la meseta, lo mismo que los asfaltos que nos
quieren meter dentro de los territorios. 

Es mentira que es para mayor confortabilidad de la gente: siempre estuvimos acá y nunca les importamos.

Kechu: Seguimos convocando al diálogo como históricamente lo hemos hecho. Queremos discutir, no con la gente que sirve el café; queremos ver sentados en la mesa de diálogo a los agentes que tienen poder de decisión política.

Kayu: Queremos hacer de público conocimiento que la única vocería reconocida por la recuperación desde el momento de efectuada la misma hasta la fecha ha sido el kona Eusebio Antieco.

Regle: Por último, llamamos a toda la gente mapuche consciente y a la población en general a acercarse a nuestra comunidad, a apoyar la recuperación, a conocer a nuestra gente para tener buena conversación en el camino hacia la recuperación de nuestro kimun ancestral.

Mariciweu!!
Mariciweu!!
Mariciweu!!

*Comunidad Mapuche-Tehuelche, Lof Newentwaiñ Iñchiñ*

Puelmapu, Costa de Lepá, 27 de julio de 2019

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Recuperar territorio: recuperar el derecho a ser. El caso de la Comunidad Mapuche-Tehuelche Newen Tuaiñ Inchin


POR HUERQUEN 23 JULIO, 2019

El 13 de Julio pasado, la Comunidad Mapuche-Tehuelche Newen Tuaiñ Inchin (que en mapuzungun, el idioma mapuche) quiere decir “Con la Fuerza de Todos”), ubicada en las costas del Río Lepa en la provincia de Chubut, anunció la reafirmación de sus derechos territoriales a través de la recuperación de tierras a la vera del río Lepa tras haber sido “Agotadas todas las instancias legales y burocráticas y ante la negativa del estado de sostener un diálogo político serio que tienda a la restitución de las tierras sagradas y productivas que ancestralmente pertenecen al pueblo Mapuche-Tehuelche.” (Comunicado de la Comunidad NewenTuaiñ Inchin del 13 de Julio).

La declaración también anuncia la necesidad de reconstrucción de la forma de vida Mapuche-Tehuelche en el territorio, en estrecha vinculación con el equilibrio natural junto a los ngen (entidades espirituales) que allí habitan. Para ello, se disponen al ejercicio del derecho a la autonomía y al autosustento mediante el retorno a los territorios de los que fueron despojados.

El Lof Newen Tuaiñ Inchin recibió el apoyo de otras comunidades en proceso de recuperación, como lo hizo público el Lof Lafken Winkul Mapu el 14 de julio, analizando la situación:

“Entendiendo esto como parte del proceso de reconstrucción de nuestro pueblo, recuperando parte del territorio usurpado por los wingka. Siendo esto un ejemplo más de dignidad que busca autonomía y fortalecimiento desde el kimvn (conocimiento) Mapuche, sabiendo que los wingkakeche nunca han tenido voluntad de dar solución ni lo harán desde el diálogo sino por el contrario sólo despojo, represión, asesinatos… Cómo sucedió en nuestro lof donde el estado wingka terrorista fusiló por la espalda al weichafe Rafael Nawel y hoy protege a su asesino Francisco Javier Pintos, siendo esto una maniobra más de este estado koylafe (mentiroso), manipulador…”

Este de 22 de julio, desde temprano, la comunidad sufrió un operativo policial con intenciones de realizar un allanamiento. Bajo la dirección de Rodolfo Hess, titular de la Unidad Región de Esquel de la Policía -desplazado de la División Regional de Infantería de Comodoro Rivadavia tras haber sido denunciado por toda la división por malos tratos- el allanamiento esperaba encontrar armas. Inmediatamente la Comunidad accionó comunicados públicos para visibilizar la situación y recibir apoyo:

“A primera hora de la mañana de este lunes 22, llegaron patrulleros y camionetas de la policía de Chubut, provenientes de Gualjaina y Esquel. El jefe del operativo pidió a gritos que se abra la tranquera y nos negamos hasta que exhibió la orden de allanamiento. Se los dejó ingresar y procedieron a revisar una de las casas, fuertemente armados y filmando. Luego se dirigieron a la otra casa en donde nos habíamos refugiado la mayoría y nos exigieron que nos identificáramos o seríamos llevados por la fuerza a la comisaría. En un principio nos negamos, pero luego de hablar con nuestra abogada la Dra. Sonia Ivanoff, nos identificamos. Al rato la policía se retiró del lugar, dejando la zona liberada a manos de terratenientes entre los que pudimos identificar a Pintos, Caliqueo, Taylor, Boletti y Capandegui (con causa penal por dispararle con arma de fuego a un menor de la comunidad hace un año), que juntos a otras camionetas 4×4 que pertenecerían a patoteros de Comodoro Rivadavia cortaron el camino comunitario, único medio para llegar a la recuperación.”



Sobre estos hechos, Eusebio Antieco, autoridad comunitaria contó que:

“Le dije al jefe de policía, señor Hess, que tome nota de todo lo que hay y que fotografíe todo lo que hay…Por otro lado, un grupo de la persona que se le fue recuperada la tierra armó un grupo de choque y también el señor Rodolfo Hess pasó a avisarle al grupo de choque que se estaba armando, les dijo cuántos éramos y nos dejó la zona liberada. Nosotros estuvimos en permanente alerta por esta situación y gracias a todos los hermanos y hermanas que llegaron de distintos lugares y que se acercaron, se llevó una audiencia para llegar a una mesa de diálogo. Acá los que tienen que llevar una mesa de diálogo para encontrar una solución territorial definitiva es el gobierno. Yo estoy abierto a la mesa de diálogo”
“Audio Eusebio Antieco 23.07.2019”Reproductor de audio

1. “Audio Eusebio Antieco 23.07.2019”
2:45

Contexto de la recuperación territorial


Las noticias evidencian el recrudecimiento de las políticas de violencia por parte del Estado Nacional contra sectores marginados de la sociedad. 
Mientras fogonean las bondades del servicio militar voluntario y el gobierno recibe con pompas a Pompeo -Secretario de Estado de Trump- para hablar de terrorismo, las comunidades indígenas que habitan en Argentina continúan reclamando lo que por derecho les pertenece: la ocupación efectiva y control territorial sobre tierras comunitarias. 

Y esto es así porque tanto la constitución nacional, a través del Art. 75 Inc. 17 que reconoce la posesión y propiedad comunitaria de tierras ocupadas tradicionalmente, como el Convenio 169 de la OIT, vigente hace 18 años en Argentina y que exige la consulta previa, libre e informada en asuntos concernientes a comunidades indígenas y el reconocimiento de las tierras comunitarias en las que habitan, así lo disponen. 
No obstante, Argentina está al debe en esta materia, corolario de la falta de voluntad política y de los intereses privados que hay en juego, mientras que las comunidades organizadas tejen estrategias a través de litigios para ejercer sus derechos y para que la ley no sea letra muerta. 

Casos emblemáticos como el proceso iniciado Lhaka Honhat en la Provincia de Salta han llevado al Estado Argentino ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dentro de un proceso que comenzó en 1998 y que aún continúa. 

A la luz de los hechos, los procesos litigiosos son largos, duran décadas, mientras los derechos consagrados esperan ser cumplidos.

En este contexto, la recuperación territorial está cada vez más presente, urgente, y los pueblos indígenas están haciendo lo posible para efectivizar sus derechos. 
Sucede en Miraflores, provincia de Chaco, en donde a través del Consejo de Recuperación Territorial se están recuperando 10.000 hectáreas del pueblo Qom y Wichi sobre las que se han desarrollado negocios inmobiliarios ilegales. 

En la lucha por esta recuperación, en septiembre de 2018, desapareció Silverio Enríquez, indígena Qom que apoyaba al Consejo. Una semana después, el cuerpo de Silverio fue hallado sin vida en un lote dentro de las 10.000 hectáreas. 

También sucedió en el Lof Lafken Winkul Mapu donde luego de dar a conocer la recuperación territorial el 11 de noviembre de 2017, el Estado avanzó con toda la fuerza de la violencia y de la teoría del enemigo interno para criminalizar al pueblo mapuche. 

Dos semanas después de anunciada la recuperación, el grupo albatros de Prefectura, de la mano del Prefecto Francisco Javier Pintos (detenido preventivamente el 12 de junio y liberado el 5 de julio pasado) asesina al weichafe Rafael Nahuel. 

Lo mismo sucedió con el Lof Cushamen, sobre el que el Estado montó la parafernalia de terrorismo, elaborando informes oficiales donde se pueden ver herramientas de trabajo rural presentadas como supuestas armas. Por la recuperación del Lof en Resistencia Cushamen nos arrebataron al valiente y solidario compañero Santiago Maldonado, plantando su cuerpo meses después de haber sido asesinado. 
Actualmente la causa por la desaparición y muerte de Santiago Maldonado se dio por cerrada y la familia reclama la reapertura, pidiendo una investigación independiente e imparcial que esclarezca el crimen.

Por eso, cuando una comunidad hace público su derecho efectivo de recuperar territorio ancestral, literalmente están arriesgando su vida.

El Estado Argentino es responsable de dar la espalda a estos procesos de reivindicación territorial, negando el ejercicio efectivo de otras formas de vida -como la Mapuche- que son imposibles sin el acceso a su territorialidad.

El despojo de las tierras de Costa Lepa

Para visibilizar el proceso de recuperación y entender su historia Juana Antieco, hermana de Eusebio, difundió parte de la historia:

“La comunidad de Costa del Lepa pertenece a lo que fue la Gran Reserva de lo que hoy se conoce como el Departamento Cushamen. Fue una Reserva Indígena creada en el gobierno de Roca que otorga por decreto nacional en ese entonces unas 78.600 hectáreas. Esas 78.600 hectáreas fueron distribuidas en muchas familias, entre ellas, las familias de mis dos abuelos ahí en Costa del Lepa, a 45km al noreste de Esquel, se llega por la ruta nacional N°40 y ahí está el empalme ruta N°12 en dirección en lo que es Piedra Parada y antes de llegar a Gualjaina, 15km antes, está nuestra comunidad de Costa del Lepa. Hoy por hoy viven aproximadamente unas 30 familias. En su momento, cuando mis dos abuelos vivían, de un margen del río era dominio de Zenón Antieco y del margen derecho era dominio de Manuel Antieco, todos eran Antieco en Costa del Lepa.

De a poco empiezan a venir los mercachifles, los vendedores, otras familias que habían sido desalojadas de sus territorios originales. Entonces mis abuelos empiezan a dar permiso a la gente que no tenía lugar para que se hagan su casa, para que cultiven la tierra, para que puedan tener animales. Y así es como empezó a poblarse Costa del Lepa de otros apellidos que no son Atieco, pero que algunos son también descendientes de pueblo originario Mapuche. Nosotros nos autoreconocemos como Mapuche-Tehuelche porque, por el lado de mi padre somos mapuche y por el lado de la línea materna somos Tehuelche, o sea nosotros nos autoreconocemos como Mapuche-Tehuelche… Entonces, el primer contacto que ellos tienen con ese entonces “la fronteriza” (guardia fronteriza) fue allá por el año 1935/36, es lo que nosotros tenemos en los registros, donde pasan a hacer un censo de la población que habitaba. Obviamente eran todos Antieco los que habitaban ahí y ese fue el primer contacto.

¿Cómo se inicia el conflicto que hoy desencadenó en la recuperación de ese territorio ancestral? 


Allá por el año 1940 aproximadamente, llega un turco llamado Melhem Bestene que hizo firmar con el dedo a todos los pobladores de Costa del Lepa, excepto a mi abuelo. Los mapuche no sabían escribir, entonces aprovechándose de esa situación y con mentiras –como todos los terratenientes- les hizo creer a los pobladores que estaban firmando un permiso para hacer un camino. En ese entonces los caminos eran solamente de carro o había huellas de caballo. Entonces, algunos que no sabían ni leer ni escribir, firman con el dedo la conformidad y esa conformidad no era para hacer un camino, sino que era para despojarlos de sus tierras tradicionales, todo el pastoreo comunitario que tenían. Entonces se inicia un largo camino de reclamo, que empieza con mis dos abuelos, Manuel y Zenón Antieco, reclamando sus tierras tradicionales. Posterior a la muerte de ambos, continúa mi papá Julio Antieco, reclamando todo el territorio que nos habían quitado… Muchos años… Todos estos reclamos fueron siempre en el marco del respeto, pacíficamente, como eran nuestros viejos, respetando a las autoridades cómplices de los terratenientes y de los estancieros. Y muere mi papá y continuamos nosotros, los hijos de Julio Antieco, en el reclamo y empezamos a volver al territorio porque como Mapuche creemos que fuimos expulsados del territorio de una manera muy violenta. No sólo a través de las políticas del propio Estado sino a través de la Escuela, a través de la Iglesia. Eso nos llevó a migrar a las periferias de las ciudades a ser sirvientes de los ricos. Esa fue la realidad que vivimos todos nosotros acá.

Bestene no sólo alambró lo que hoy se recuperó, hizo una casa, cercó todo el perímetro. Porque él lo que hizo fue apropiarse de las mejores tierras a la vera del río y después se apropió de la parte de sierras de Costa del Lepa que era todo el pastoreo comunitario que se tenía para poder criar animales… nuestros antepasados eras crianceros. Entonces, son 70 y tantos años de reclamo, se agotaron todas las vías administrativas, pasaron muchos gobiernos de diferentes partidos políticos y nunca resolvieron nada, porque ellos aducen que es un tema muy complejo. 

O sea, tampoco se puede resolver porque los que están apoderados de los territorios indígenas, la mayoría, pertenece al gobierno. Entonces es muy difícil que el gobierno pueda dar una solución al conflicto real del territorio.

Cuando muere mi papá nosotros tuvimos otra dura pelea con el gobierno de la provincia. El difunto gobernador Mario Das Neves por decreto nos quita parte del campo del lote 2, que es la sierra de Costa del Lepa y se lo da -por una cuestión política- a una prima nuestra. De estas formas opera el poder político para enfrentar a familias con familias. Nosotros apelamos y seguimos toda la vía administrativa. En ese entonces el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) funcionaba, daba respuesta con abogados que conocían el derecho indígena. El decreto del entonces gobernador quedó como anticonstitucional y volvimos a recuperar el campo. Y cuando recuperamos el campo volvimos a comprar animales, volvimos a hacer mejoras. Y dijimos, en un momento vamos a recuperar lo que les sacaron a los abuelos. Y pasaron muchos años, agotamos todas las instancias administrativas de vuelta. Entonces llegó el tiempo de hacer efectiva la recuperación.”

Bestene, como sabía que no iba a lograr los títulos de propiedad, hace dos años decidió venderlo a otro terrateniente de apellido Pinto. Una vez que la Comunidad se enteró de la situación, envió una carta documento a los hermanos Pinto, alertándolos de que ellos iban a comprar territorio ancestral sobre el que hay procedimientos administrativos en curso. Entonces se solicitó una mesa de diálogo, pero a comunidad no recibió respuesta: “Nosotros no estamos dispuestos a esperar 70 años más y consideramos que agotamos todos los trámites administrativos y no hubo respuesta” explica Juana.

La recuperación: ¿qué dicen los jóvenes de la comunidad?

En diálogo con Juana Antieco, el programa radial Latido Americano (viernes 12hs por Fm la Caterva 97.3) preguntó lo siguiente: ¿Cuál es la relación con los jóvenes de la comunidad? Porque eso es algo que a veces se pierde de vista y parece que el reconocimiento territorial por parte de comunidades remite a algo ancestral, como si fuera una reivindicación de otro tiempo. Pero también hay jóvenes que hoy en día quieren volver a su territorio, que están queriendo producir alimentos sanos y reconectarse con la naturaleza desde otra forma, otra racionalidad y así vivir la economía, las relaciones sociales, la forma de habitar el mundo de otra manera.

-Juana Antieco: “En realidad es un proceso que se da dentro de cada familia. Entonces, el hecho de que hoy por hoy nuestros jóvenes, nuestros hijos particularmente, tengan plena conciencia de cuál es el origen y el despojo que vivieron sus antepasados… partimos de esa base. 

Por empezar, partimos de recuperar nuestros verdaderos nombres. 

Te puedo dar el ejemplo mío, mis hijos tienen todos nombre mapuche, algo impensado para la época en que mi mamá me tuvo a mí. Entonces, una forma de poder continuar esto es haciendo que nuestros hijos y nuestros jóvenes participen activamente de todo este proceso, que participen de los grandes parlamentos que a veces se hacen. Que cuando hacemos ceremonias, estén participando activamente porque es una forma de que ellos empiecen a asumirse en su identidad como mapuche y empiecen a tener ese conocimiento necesario para reafirmar su identidad como pertenecientes a un pueblo ancestral. Hoy por hoy los jóvenes, que son los que más energía tienen, son los que plantean esta cuestión de volver al territorio, sobre todo los jóvenes que están en las grandes ciudades y viven en las periferias. Ese es el planteamiento generalizado de los jóvenes. 

Fíjate la comunidad que recuperó tierras de Benetton, nada más ni nada menos, la mayoría son jóvenes. Entonces, tiene que ver con esto, desde el momento que uno se acepta, acepta su historia y acepta la pertenencia a determinado linaje, comunidad y pueblo, empezás a hacerte una interpelación: ¿y qué hago en la ciudad?; ¿qué hago trabajando en una casa de familia, cuando mis abuelos tenían cantidad de extensión de campo, sabiendo que puedo volver a la tierra y trabajar para el autosustento y tener una economía sustentable y vivir de una forma más sana, cuidando los newenes (fuerzas con la que los mapuche cohabitan)?

Yo creo que se está dando un proceso creciente en lo que es recobrar el saber milenario que nos habita.”

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Violento allanamiento contra mapuches en Chubut


Un fuerte operativo policial tuvo lugar en las últimas horas en un territorio en conflicto entre la comunidad mapuche tehuelche Newentuaiñ Iñchin y terratenientes del lugar ubicado en el paraje Costa de Lepá, del departamento chubitense de Cushamen. El mismo distrito donde desapareció Santiago Maldonado.



Un fuerte operativo policial tuvo lugar en las últimas horas en un territorio en conflicto entre la comunidad mapuche tehuelche Newentuaiñ Iñchin y terratenientes del lugar ubicado en el paraje Costa de Lepá, del departamento chubitense de Cushamen. El mismo distrito donde desapareció Santiago Maldonado.

El territorio en disputa abarca 80 mil hectáreas de la chacra Los Mallines que era utilizada para pastoreo comunitario por la familia Antieco y otros miembros de la comunidad mapuche antes de que fuera ocupada por el terrateniente Meljen Bestene en 1940. Hace tres años el predio fue vendido a Mario Javier Pintos, luego que se hicieran reclamos y presentaciones legales durante años sin obtener respuestas.

El sábado 13 de julio la comunidad recuperó pacíficamente el territorio. Mediante un comunicado hicieron pública la medida y argumentaron: “Llevamos adelante esta acción en base a la ocupación tradicional de las tierras a la vera del río Lepa, agotadas todas las instancias legales y burocráticas y ante la negativa del Estado de sostener un diálogo político serio que tienda a la restitución de las tierras sagradas y productivas que ancestralmente pertenecen al pueblo mapuche-tehuelche”.

En el mismo comunicado llaman “a la sociedad consciente a acompañar y difundir este proceso”. Y además reafirman que “para un real ejercicio de nuestra autonomía y autosustento es indispensable el retorno a los territorios de los que fuimos despojados”.

“A la opinión pública le decimos que esto no es usurpación sino toma de posesión de algo que nos robaron, se la entregaron al terrateniente que venía a invadirnos y matarnos, me siento muy feliz de llevar este proceso que quizás han soñado mis padres y mis abuelos”, declaró a distintos medios locales el referente de la comunidad, Eusebio Antieco.

Desde el momento de la recuperación territorial la comunidad se mantiene en estado de alerta, debido a los antecedentes de violencia que se han vivido en la zona con las fuerzas de seguridad y los terratenientes. El más conocido de estos hechos fue la fuerte represión en el Pu Lof en resistencia Cushamen el 1 de agosto de 2017, que culminó con la desaparición y muerte de Santiago Maldonado.

El allanamiento

Esta semana las fuerzas de seguridad finalmente llegaron al territorio. “Muy temprano tuvimos un operativo policial escandaloso, con armas de fuego. Vinieron a hacer un allanamiento y el operativo estuvo dirigido por Rodolfo Hess”, contó Antieco a Página/12.

Y añadió: “La persona a la que se le fue recuperada la tierra, Mario Javier Pintos, armó un grupo de choque junto a otros terratenientes y el señor Hess fue a avisarles cuántos y quiénes éramos y nos dejó la zona liberada”.

Por su parte, Rodolfo Hess, jefe de la Unidad Regional de Esquel, declaró a los medios que el allanamiento se produjo ante la denuncia del titular, Marcos Pinto, por una usurpación que habría comenzado ocho días atrás, y remarcó que “el objetivo era identificar a las personas y realizar una inspección ocular de las propiedades de Pinto”.

Según la comunidad, tras recibir una denuncia donde se los acusaba de “tener a Pintos y a un peón de la estancia secuestrados”, la policía realizó un operativo donde se verificó que la denuncia era falsa. Sin embargo, llegó otra orden judicial de allanamiento.

“A las 8.30 llegaron al territorio patrulleros de la policía de Chubut acompañados con seis camionetas particulares pertenecientes a un grupo de terratenientes, entre los que se encontraba Pinto. Lo que hicieron fue bloquear el camino para que los demás miembros de la comunidad y vecinos no pudieran acercarse”, señaló Juana Antieco, hermana de Eusebio.

Y agregó que “entre los terratenientes había policías infiltrados” y que se vivió una situación de secuestro ya que “cortaron los caminos y nadie podía entrar ni salir”. Según la Revista Cítrica otro de los terratenientes implicados en el hecho es Capandegui, quien enfrenta un proceso judicial por otro conflicto territorial, que culminó con un joven de 16 años baleado.

Juana Antieco explicó que llamó al Defensor del Pueblo de la provincia para comentarle la situación “y él se comprometió a solucionar el tema”. “Le dijimos que, si amanecíamos con un muerto, él, el gobierno de (Mariano) Arcioni y el ministro Federico Mazonni iban a ser responsables”, completó.

El episodio, que otra vez tiene a Cushamen como escenario, vuelve a poner sobre la mesa el conflicto territorial que se vive en Patagonia entre comunidades indígenas y terratenientes que cuentan con el apoyo de las fuerzas de seguridad. Este conflicto ya se cobró las vidas de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, y parece estar lejos de resolverse.

En el caso de Costa Lepa, por el momento, la policía levantó el cerco a la comunidad que permanece en el territorio recuperado y los terratenientes se retiraron con la condición de tener una mesa de diálogo en las próximas 72 horas.

https://notasperiodismopopular.com.ar/2019/07/24/violento-allanamiento-contra-mapuches-en-chubut/

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