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miércoles, 23 de diciembre de 2015

23dic1598- Combate de Kuralaba, una victoria más sobre la inva$ión winka/occidental


Wallmapu / Victoria de Curalaba 23 de diciembre de 1598.

Ejercito Mapuche / Corría el año 1598 y el invasor español intensificaba su interés de avanzar en la invazion de Wallmapu.


A la fecha había concretado la fundación de siete ciudades-fuerte y fortalecido su ejercito.


El gobernador Martin Oñez de loyola mediante el establecimiento del "real situado" logro aportar importantes recursos al ejército español, creyendo mediante esto consolidar la opresión de nuestra nación.

En esas tareas se encontraba en la ciudad de "La Imperial" hoy comuna de Karahue a mediados de diciembre de 1598.

Un par de años antes de estos sucesos los principales dirigentes del pueblo mapuche advirtieron esta situación, cumpliendo con todos los protocolos del AD MAPU (ley mapuche), eligieron al Weychafe Pelantaro como Ñizol Toki del ejército mapuche.

De esa forma el mando del Ejército Mapuche quedo comandado por Pelantaro (Pëlomtxraru- Halkón luminoso-adivinador) como Toki General y Anganamon y Waykimilla como lugartenientes principales.

Cabe destacar que bajo el mando de Pelantaro el ejército mapuche tuvo un desarrollo militar-técnico impresionante.

En primer lugar desarrolló un importante trabajo de unión y coordinación de todos los butalmapu, la recopilación de inteligencia/información sobre el enemigo, recolección de armas y caballos, preparación de los weychafe, organización en divisiones por tipo de arma, ordenamiento de caballería e infantería y aparecen por segunda vez en la historia un división de artillería, integrada por weychafe que operaban arcabucez y cañones capturados en batallas anteriores.

De esta forma llega la madrugada del 23 de diciembre del año 1598.

El gobernador español había partido de La Imperial hacia el fuerte Longotoro.
La noche del 22 de diciembre decide acampar a orillas del río Lumako en el sector llamado Kuralaba.

Llegando la madrugada y mediante hábiles métodos de infiltración el ejército mapuche sorprende al ejercito del rey invasor y luego de una rápida batalla 300 weychafe comandados por el Toki General Pelantaro personalmente destrozan y aniquilan completamente la columna del gobernador español Martin Oñez de Loyola, quien fue capturado y ejecutado en el mismo lugar.

De esta forma seria el segundo gobernador español que perdería la vida tratando de oprimir al pueblo mapuche. 

Al mismo tiempo, Anganamon y Waikimilla, aniquilaban las fuerzas del fuerte Longotoro y Angol, cortando en dos las lineas de comunicación españolas.

Estas batallas causaron un impacto importante en las fuerzas invazoras, posteriormente las distintas divisiones del ejercito mapuche destruyeron las 7 ciudades implantadas por el imperio español y estableciendo definitivamente el río Bio-Bio como frontera inquebrantable de la libertad de la Nación Mapuche.

En resumen, mediante este esfuerzo el ejercito mapuche barrio por completo la ocupación extranjera de nuestro territorio, aseguró una paz de casi 100 años con mínimas interrupciones y nuestra gente pudo crecer y continuar su desarrollo.

Esta estrategia fue un plan militar brillante que logro destruir al, en ese entonces considerado, el mejor ejército del mundo.

Hoy rendimos este pequeño homenaje a todos esos guerreros que entregaron su vida en esas luchas, a todos nuestros caídos que regaron son su sangre esta tierra donde hoy aun podemos existir en plena conciencia de lo que nos pertenece.

Rendimos homenaje también a los herederos de este glorioso ejército, a esos Weychafe que en cada territorio actualmente confrontan la inva$ion del estado chileno y argentino.

Con la memoria y el ejemplo de Pelantaro, Anganamon y Waikimilla continuamos luchando por la Independencia de nuestro Wallmapu.

Autonomia-Territorio-Independencia

Viva Wallmapu Libre !!!!!!

Wewaiñ!


Kizugünewtun Independencia
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Ana Llao Llao compartió la foto de Oseas Martinez.

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Según Wikipedia.....

Batalla de Curalaba
Guerra de Arauco
Fecha 23 de diciembre de 1598
Lugar Curalaba, Lumaco
Coordenadas 37°55′00″S 72°53′00″OCoordenadas: 37°55′00″S 72°53′00″O (mapa)
Resultado Victoria mapuche decisiva, se inicia una rebelión indígena generalizada que da paso a la guerra defensiva.


Beligerantes

Imperio español Mapuches

Comandantes


Martín Óñez de LoyolaPelantaro
Anganamón
Guaquimilla

Fuerzas en combate


50 españoles1 2
300 indios auxiliares2 3 3003 -6004 guerreros

Bajas

2 sobrevivientes Desconocidas


La batalla de Curalaba, (coordenadas: 37°55′S 72°53′O) conocida también como Desastre o Victoria de Curalaba, según las fuentes sean cercanas a españoles o mapuches, fue una importante derrota militar de las fuerzas españolas frente a los mapuches ocurrida en 1598. 

Es considerada una de las principales acciones bélicas de la guerra de Arauco

Consistió en la casi total aniquilación de una columna comandada por el gobernador de Chile Martín Óñez de Loyola a manos de las huestes dirigidas por el toqui (Toki) Pelantaro
Esta derrota y la muerte del gobernador desencadenó el abandono masivo de varias ciudades y fuertes españoles del sur de Chile (la Destrucción de las siete ciudades). 
En el contexto general de la guerra, esta batalla abrió la Rebelión mapuche de 1598, terminó con la estrategia española de conquistar totalmente el territorio mapuche, abriendo paso a los períodos de Guerra defensiva y, posteriormente, a la implementación de una política diplomática basada en los llamados parlamentos mapuches. La importancia de la batalla reside más en su efecto desmoralizador sobre los españoles, que en su magnitud material o el número de hombres involucrados.

Antecedentes

El gobernador (inva$or)  Martín García Óñez de Loyola, quien murió en la batalla.
Pelantaru.

Según los cronistas, los mapuches de la zona se encontraban molestos por el establecimiento de nuevas fundaciones, recientemente edificadas por Óñez de Loyola. Veían esas nuevas poblaciones como una evidencia de que para los españoles no bastaba con el terreno ya conquistado. Pero la principal causa es atribuida a la indignación por el trato dado a los indígenas, a los "servicios personales" impuestos en lavaderos de oro y plantaciones.

Alarmados, diversos grupos ungieron como toqui general de la próxima guerra a Pelantaro, quien tendría ocasión de destacarse en los siguientes años.

Acciones previas del gobernador.


A mediados de diciembre del año 1598, el gobernador Óñez de Loyola se encontraba en la ciudad de La Imperial
Venía de recorrer las fundaciones más australes del reino; Valdivia, Osorno y Villarrica (Mallolafken), en visita de inspección y tratando de enganchar algunos soldados que engrosaran sus filas para la campaña que se proponía llevar a cabo a la brevedad contra los mapuches no sometidos.

Entonces el capitán Hernando Vallejo, jefe de la ciudad de Angol, le envió un mensajero indígena, solicitando urgente socorro, pues creía que sería atacado de un momento a otro. 
Los clanes de Purén estaban evidentemente sublevados. 
Dos españoles, que habían osado alejarse del fortín de Longotoro, que resguardaban, habían sido asesinados, y había fuertes señales de concentraciones de guerreros.

Sin tardanza, el 21 de diciembre, partió el gobernador al mando de una fuerza de auxilio.

Acción.

Óñez de Loyola avanza.

El gobernador Martín Óñez de Loyola emprendió, acompañado de 50 soldados y 300 indios auxiliares, el viaje entre las ciudades de La Imperial y Angol, en la zona habitualmente disputada durante la Guerra de Arauco. 

La travesía obligaba a su columna a adentrarse en los intrincados pantanos de Lumaco y Tucapel, habitual refugio de los mapuches en pie de guerra. 
Pero Óñez, confiado en la superioridad de sus fuerzas, avanzó aparentemente sin cuestionarse la peligrosidad del movimiento.

En la noche del 21 la fuerza acampó en un lugar denominado Paillachaca, a una legua de La Imperial. 
Al día siguiente, la columna avanzó sin novedad 9 leguas (37,2 km). 
Tras esta segunda jornada acamparon en un paraje llamado Curalaba, junto al Río Lumaco, cercado por cerros abruptos.

La sorpresa.

La imprevisión de la tropa y sus jefes fue entonces notoria. 
Soltaron sus cabalgaduras para que pastaran, y acamparon sin despachar partidas de exploradores. 
Simplemente se establecieron turnos de vigías que, producto del relajamiento de la disciplina militar que imperaba en las tropas españolas, posiblemente no fueron cumplidos a cabalidad.

Los españoles después supusieron que el mismo mensajero indígena que llevó el mensaje de Angol a La Imperial previno a las fuerzas mapuches del camino que debía tomar la caravana de Óñez de Loyola. 

Como sea, Pelantaro había concentrado sus fuerzas en las cercanías. 

Reunió allí entre 300 y 600 hombres, según las distintas versiones, que dividió en tres cuadrillas. 
Se reservó el mando de una de ellas y entregó las otras dos a los caciques Anganamón y Guaquimilla.

El ataque, tras un sigiloso avance nocturno, se desató en los primeros momentos del alba del día 23 de diciembre. 
El ímpetu de los mapuche sorprendió a los españoles en el mayor descuido y desorganización. 
Muchos soldados castellanos trataron de huir despeñándose en un barranco cercano. Sólo un arcabucero alcanzó a disparar un tiro solitario, antes de ser muerto de un macanazo
El gobernador no alcanzó a vestir su armadura, pero logró tomar su escudo y espada y empeñar la lucha por breves momentos.

Los españoles murieron casi en su totalidad. 

El gobernador pereció, al igual que el corregidor de Angol, capitán Juan Guirao; el capitán Don Antonio de Galleguillos y Villegas y algunos frailes franciscanos que acompañaban a la comitiva; Juan de Tovar y Miguel Rosillo. 
El primero de estos últimos fue durante un tiempo venerado en Chile como mártir
Murieron también muchos indios auxiliares (Yanakonas). 

Según la tradición, sobrevivieron sólo dos españoles, el clérigo Bartolomé Pérez y el soldado Bernardo de Pereda. 
El primero fue canjeado por los indios dos años después y este último quedó en el campo de batalla con 23 heridas por lo que fue dado por muerto pero sobrevivió.5

Pelantaro, que ya guardaba el cráneo de Pedro de Valdivia, sumó a su botín el de Óñez de Loyola.

Presagios.

Diversos autores españoles contemporáneos, como el capitán Fernando Álvarez de Toledo, autor del poema épico Purén Indómito, y el cronista Diego de Rosales refieren apariciones agoreras en el cielo de Chile, supuestamente vistas el día de Santo Tomás, 21 de diciembre, cuando Óñez de Loyola, partía de La Imperial rumbo a su derrota.

Estos relatos, bastante difundidos, hablan de que en el cielo las nubes se abrieron extrañamente, dejando ver combatientes, aves enigmáticas y otras figuras.

Es un ejemplo curioso, pero no aislado, de la pervivencia de este tipo de relatos folclóricos en la Guerra de Arauco, asociados desde la Antigüedad Clásica con batallas funestas y campañas mal dadas. 
Siendo sabido que desde la Antigua Roma, el vuelo de las aves es considerado un presagio antes del combate.

Por otro lado, la mitología mapuche concedía a la forma y movimiento de las nubes un significado simbólico asociado a la guerra. 
Por lo que es posible que estos relatos representen una forma de sincretismo entre dos tradiciones culturales.

Efectos.

La batalla de Curalaba se convirtió en el inicio efectivo de la rebelión mapuche de 1598, que terminó finalmente con todas las ciudades al sur del río Biobío; excepto Castro, que sobrevivió al alzamiento gracias a la condición Insular de Chiloé (Isla de Chiloé-Chilwé wapí-Isla Chile). 

De ahí en adelante los españoles dejarían de realizar la expansión por el territorio mapuche de la misma manera que se realizó a lo largo del siglo XVI; y quedaría dividido el territorio controlado por los españoles en Chile:
El territorio norte (conformado por la Capitanía General de Chile), que tendría su frontera sur en el río Biobío (El territorio de Arauco).

El territorio sur (conformado por Chiloé) tendría como frontera norte la costa continental del canal de Chacao (El territorio Huilliche); exceptuando por el posterior territorio recuperado con la refundación de la ciudad de Valdivia, en 1645. 
Así, solo a fines de la colonia (a fines del siglo XVIII), los territorios comprendidos entre Valdivia y Chiloé, serían unidos a partir de la refundación de la ciudad de Osorno y la creación del camino real.

La Corona, por otro lado, comprende que deberá incurrir en gastos para mantener sus posiciones chilenas, por lo que terminará por instituir el cuantioso subsidio denominado Real Situado, que comenzó a remitirse desde el Perú a Chile, en 1600.

Posterior a estos hechos se considera que se da fin al periodo de la Conquista de Chile, y se inicia el periodo de la Colonia de Chile.
Presencia española en la zona de arauco (entre el Bio-bio y Valdivia)[editar]

El revés militar hizo que el rey Felipe III decidiera, en 1599, enviar un oficial veterano de las campañas europeas a dirigir la Guerra de Arauco: Alonso de Ribera
Este gobernador terminará por sentar las bases de la estrategia española en la frontera mapuche, sobre la base de la profesionalización de un ejército permanente y la consolidación de una frontera defendible.

Presencia española en la zona huilliche (entre Valdivia y el Seno de Reloncaví)

Respecto al territorio sur perdido, (entre Valdivia y Chiloé), que antes había sido el de la jurisdicción de Osorno, pertenecerían ahora a las gobernaciones de Valdivia (que sería refundada) y de Chiloé, teniendo el río Bueno como límite divisorio; sin embargo, al igual que la zona de arauco, ninguno de ellos tenía presencia real en él, salvo los fuertes chilotes en la tierra firme de esa provincia (los puestos o enclaves militares de San Antonio de la Ribera de Carelmapu, San Miguel de Calbuco y, desde mediados del XVII, San Francisco Javier de Maullin), en el borde meridional de dicha frontera.6

Referente a la presencia esporádica de los españoles en la zona entre Valdivia y Chiloé, a pesar de que desde la Plaza de Valdivia era más fácil el acceso hacia esa zona, fueron los españoles de Chiloé los que en el siglo XVII mantuvieron mayor contacto con este territorio por medio de malocas esclavistas, manteniendo en una época una frontera “de guerra viva”. 

Los vecinos de Chiloé siempre vieron su extensa frontera norte continental como una tierra por “pacificar” y recuperar, por estar dentro de su jurisdicción. 

Era una guerra a la manera de malocas, entradas y trasnochadas, con salidas de Chacao, Carelmapu y Calbuco, apoyados por los indios Kanas (que también eran Huilliches (mapuche) descendientes de los de Osorno) pero que habían huido a Chiloé junto con sus encomenderos. 

Las malocas españolas posteriormente dejaron de realizarse sólo porque la Capitanía General lo ordenó; poniéndose fin así a las campeadas chilotas que buscaban venganza y esclavos para restaurar el honor del revés sufrido por el abandono de la ciudad de Osorno.7

Referencias.

-Ricardo Cruz-Coke Madrid (1995). Historia de La Medicina Chilena. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello, pp. 50. ISBN 978-9-56131-303-3.
-Francisco Antonio Encina (1940). Historia de Chile. Tomo III. Santiago de Chile: Editorial Ercilla, pp. 107.
-Luis Suárez Fernández (1984). Historia General de España y América: América en el Siglo XVII. Tomo IX. Madrid: Ediciones Rialp, pp. 418. ISBN 978-8-43212-104-3.
-Diego de Ocaña (1987). A través de la América del Sur. Madrid: Historia 16, pp. 105. Edición de Arturo Álvarez.
-Encina, 1940: 108
-María Ximena Urbina Carrasco. La Frontera “De Arriba” Chilena y el camino de Chiloé a Valdivia. Temas Americanistas N° 18. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
-María Ximena Urbina Carrasco. La Frontera “De Arriba” Chilena y el camino de Chiloé a Valdivia. Temas Americanistas N° 18. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Fuentes.

Carvallo y Goyeneche, Vicente, Descripción Histórico Geografía del Reino de Chile (Description Historical Geography of the Kingdom of Chile), University of Chile: Document Collections in complete texts: Cronicles (on line in Spanish) Primera parte. Tomo I; Capítulo LXXIX. Llega a Chile un refuerzo de tropa del Perú - Levanta el Gobernador una ciudad en la provincia de Cuyo - Visita el país meridional de su gobernación, i los indios le quitan la vida.

-https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Curalaba
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Lo que dice sobre este hecho históriko la postura pro española/winka de la web del Museo Historico Nacional de Chile


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Otros artículos sobre el tema:

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Curalaba: La Ofensiva Mapuche que puso fin a la Conquista Española en el Wallmapu.

La Victoria de Curalaba, sin dudas es una épica hazaña Mapuche, en las orillas del río Lumaco.
Un ejército que era considerado imbatible en el mundo, como el Español, fue derrotado por la gesta heroica e inteligente de la Resistencia Mapuche, el 23 de diciembre de 1598.




La Batalla de Curalaba (del mapudungun Kuralaba: «piedra partida, *en cruz, kultrung, *nota de futatrawun»), fue una importante derrota militar para las fuerzas Españolas frente a la Resistencia Mapuche ocurrida en 1598. 


Es considerada una de las principales acciones bélicas de la Guerra de Arauco, que terminó con la estrategia española de conquistar totalmente el territorio Mapuche, abriendo paso a los períodos de Guerra Defensiva española y, posteriormente, a la implementación de una política diplomática basada en los llamados Parlamentos Mapuche.
En la segunda mitad del siglo XVI, tras el estallido de la Guerra de Arauco, la Corona española había logrado avanzar en los territorios del Wall Mapu hasta el sur de la Araucanía. Sin embargo, este avance se llevaba a cabo con grandes costos. Convertida en un terrible dolor de cabeza para los reyes Carlos V, Felipe II, Felipe III, Felipe IV y el Virreinato del Perú, la Guerra de Arauco se imponía como el hecho más conflictivo y desgastante para el Imperio español.

El propio rey Felipe II había reconocido que ningún otro hecho había costado tantas vidas españolas en tierra americana, y era muy dificultoso reclutar soldados en Lima dada la temible fama de los guerreros Mapuche y las inhóspitas condiciones geográficas que los albergaba. El enfrentamiento armado entre la Corona y los defensores del WallMapu se extendía mientras la Capitanía General de Chile buscaba abrirse paso hacia el sur.

El objetivo de la Gobernación del Reino de Chile era hacer del Gulu Mapu (área occidental del Wall Mapu correspondiente hoy al Estado chileno) el centro de su desarrollo económico, dado que en esta zona, entre el río Bío Bío y el seno de Reloncaví, había una población Mapuche muchísimo más densa para explotar y allí los ríos poseían un flujo mucho más constante.

Sin embargo, esta naciente economía colonial aurífera, basada en el saqueo y la explotación del Mapuche, no pudo emerger para constituirse en una economía relativamente autosuficiente.
Por un lado, la Corona tendía permanentemente a confiscar los excedentes de los conquistadores en el Wall Mapu; por otro, Lima, cabeza del Imperio español en el llamado Nuevo Mundo, asfixiaba a esta naciente economía con verdaderos sobreprecios en manufactura importada.

Por esto los conquistadores españoles no tuvieron mayor remedio que aumentar las condiciones de esclavitud y explotación salvaje hacia la población Mapuche para sostener su economía.



Los Mapuche molestos, resistieron el establecimiento de nuevas fundaciones y los fuertes, recientemente edificadas por Óñez de Loyola. Veían esas nuevas poblaciones como una evidencia de que para los españoles no bastaba con el terreno ya conquistado, sino también la esclavitud y los impuestos en lavaderos de oro y plantaciones.
Alarmados, diversas Lov (Antiguas Comunidades Mapuche) mandataron como toqui general de la próxima guerra a Pelantraro, quien tendría ocasión de destacarse en los siguientes años.

El conquistador español Pedro de Valdivia ya había caído en combate hacia 45 años atrás, muerto a manos del célebre toqui Lautaro, en los primeros capítulos de la Guerra de Arauco.
Ahora se encontraba Martín García Óñez de Loyola como gobernador, sobrino del ex virrey del Perú Francisco de Toledo y sobrino-nieto de San Ignacio de Loyola, quien además gozaba del prestigio de haber sido el captor del líder Tupac Amaru, sobreviviente del imperio Inca que aún oponía resistencia a los invasores.
Por esa razón Felipe II lo designó Gobernador del Reino de Chile para poner fin a la Guerra de Arauco. Dada las constantes dificultades para reclutar hombres en Perú, en 1598 Óñez de Loyola, venía de un largo viaje desde el sur de la Araucanía, por las ciudades de Villarrica, Osorno y Valdivia, reclutando nuevos soldados para reemprender la campaña militar contra los Mapuche aún no sometidos.

Sin embargo, ya era demasiado tarde. Desde la ciudad sureña de San Andrés de los Infantes (hoy Angol) llegó el llamado de auxilio ante las amenazas de un ataque Mapuche. Así, Óñez de Loyola emprende el viaje a dicha ciudad con un contingente de cuatrocientos hombres aproximadamente, entre españoles e indios auxiliares y Yanakonas (término utilizado en la época para referirse a los Mapuche que colaboraban con los invasores españoles).

A mediados de diciembre del año 1598, el gobernador Óñez de Loyola se encontraba en la ciudad de La Imperial. 


Gracias al trabajo de sus redes de inteligencia, los líderes militares Mapuche se enteraron de la columna de Óñez y su recorrido.



Pelantraro concentro sus fuerzas en las cercanías. Reunió allí entre 300 y 600 hombres, según las distintas versiones, que dividió en tres cuadrillas. Se reservó el mando de una de ellas y entregó las otras dos cuadrillas a Anganamón y Guaquimilla.
El ataque, tras un sigiloso avance nocturno, se desató en los primeros momentos del alba del día 23 de diciembre de 1598.

El ímpetu Mapuche sorprendió a los españoles en el mayor descuido y desorganización.

Los españoles murieron casi en su totalidad. El gobernador fue muerto, al igual que el corregidor de Angol, capitán Juan Guirao; el capitán Galleguillos y algunos frailes franciscanos que acompañaban a la comitiva; Juan de Tovar y Miguel Rosillo.

Esta acción militar tuvo un fuerte impacto en la moral de los invasores, quienes retrocedieron ante el levantamiento masivo que barrió con todas las ciudades al sur del Bío Bío: Santa Cruz de Coya, Santa María la Blanca de Valdivia, San Andrés de los Infantes (Angol), La Imperial, Santa María Magdalena de Villarrica, San Mateo de Osorno y San Felipe de Arauco fueron incendiadas y destruidas. Solo se salvó la ciudad de Castro, construida más al extremo sur en la Isla Grande de Chiloé, aunque posteriormente fue saqueada por piratas holandeses. 


La gran mayoría de estas ciudades solo pudieron ser reconstruidas casi trescientos años después, cuando, ya no la Corona española, sino los Estados chileno y Argentino, ocuparon militarmente el Wall Mapu con las campañas conocidas como Pacificación de la Araucanía y Conquista del Desierto, respectivamente. Eufemismos utilizados por la historia oficial para referirse a lo que en realidad fue un genocidio étnico, ya que no tuvo mayor objetivo que extender las fronteras productivas de las clases dominantes de ambos países.



Efectos: La batalla de Curalaba se convirtió en el inicio efectivo de la Rebelión Mapuche de 1598 que terminó finalmente con todas las ciudades al sur del río Biobío, excepto Concepcion. De ahora en adelante los españoles dejaran de realizar la expansión por el territorio Mapuche.

El revés militar hizo que Felipe III de España decidiera, en 1599, enviar un oficial veterano de las campañas europeas a dirigir la Guerra de Arauco: Alonso de Ribera. La independencia, soberanía Mapuche en su territorio duraría hasta 1881 con la invasión del ejército Chileno por el lado de Ngulumapu (territorio Mapuche del oeste, Hoy Chile) y de 1883 por el ejercito Argentino en Puelmapu (territorio Mapuche del este, Hoy Argentina).


Publicada por Bajo Malleko Mapu a la/s 19:48

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Nota de Futxa Trawün: Esto aconteció hace unos tiempos atrás, en contra de la inva$ión y todo lo que ello significa y continúa hasta estos días. Continuamos siendo guardian@s de las formas de la vida sobre nuestros territorios. El buen vivir es para todas las formas del CHÉ.
 

 Resumen: http://futatrawun.blogspot.com/


1 comentario:

  1. Desde aquí, España, esa historia esos sucesos son parte de la Historia tal y como era en el siglo XVI, cuando se hacían las cosas asi, tanto en Europa como en America. Pero los españoles de America y peninsulares casi siempre reconocieron la entidad y las características positivas de los mapuches. En cualquier caso, la Conquista ha de verse en las coordenadas de la época, y una parte de los españoles fueron críticos con lo ocurrido, y en defensa de los pueblos indígenas, en contra de los abusos y asesinatos tan extendidos.

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