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lunes, 9 de febrero de 2015
Bayer “el Perito Moreno fue un alcahuete, racista y fundador de fascismo"
Bayer “el Perito Moreno fue un alcahuete, racista y fundador de fascismo"
Material para el debate
Según Bayer, era lamentable su racismo con los Mapuche. Hay que ver cómo describe la forma de vivir de los Mapuche, cuando termina diciendo que tienen cara de sapo. Creó el Museo de La Plata, institución científico-académica que esconde en sus catacumbas historias poco contadas y que en estos días reflotan un fuerte debate, acerca de los restos humanos pertenecientes a los pueblos originarios, que se encuentran en dicha institución.
Para el periodista, escritor e historiador Osvaldo Bayer, Francisco Pascasio Moreno no tenía nada de progresista para la época, como cierto sector de la “biblioteca” insiste en sostener.
“Él culmina su vida fundando nada menos que la Liga Patriótica Argentina, que fue una organización absolutamente fascista creada para luchar contra los obreros, contra los dirigentes obreros que pedían las 8 horas de trabajo”, opina el periodista.
Además “hay que leer sus libros, los términos racistas que emplea el señor perito Moreno, era lamentable su racismo con los Mapuche. Hay que ver cómo describe la forma de vivir de los Mapuche. Él termina diciendo que los Mapuche tienen cara de sapo.
La directora de aquel tiempo me interrumpió para decirme que yo ignoraba que era la época de Darwin, quien decía que el hombre descendía del mono y por eso la comparación. Yo le contesté: ‘ahora entiendo muy bien. Claro, el hombre desciende del mono y el Mapuche desciende del sapo, según el perito Moreno’. Hubo una gran carcajada pero nunca más me invitaron”.
Por otro lado, Bayer encuentra objetable que el “héroe cívico más grande de los argentinos” se haya dedicado “a fundar fronteras”. Ese hecho “habla de la pequeñez de su mentalidad cuando ya Bolívar -fíjense qué grandeza- había hablado de los Estados Unidos de Latinoamérica. San Martín y O’Higgins jamás hablaron de fronteras entre Chile y Argentina. Y el perito Moreno hace el gran negocio, porque donde hay fronteras se necesita un ejército bien armado”.
En efecto, “así se hizo.
Roca y Ricchieri crearon el nuevo Ejército Argentino bajo el modelo prusiano. Todo proviene de Prusia y se envía a los mejores cadetes del Colegio Militar a estudiar a Berlín. Se adopta todo lo prusiano. Principalmente las armas, los cañones Krupp y los fusiles Máuser. Hay unos negociados impresionantes que se van a discutir en Diputados porque para un ejército de 6.200 soldados el señor Ricchieri compra 150.000 fusiles Máuser. ¿Para qué? ¿Quién recibió el resto?” La existencia de coimas quedó probada en la Cámara Baja.
“El racismo argentino. Antropólogos, Museos y Cráneos Trofeos”. 2013.
El Museo de La Plata, fundado en 1884 por Francisco Pascasio Moreno, es considerado entre los más importantes del mundo por sus numerosas colecciones antropológicas y por la envergadura de su construcción vanguardista, inspirada en el estilo europeo del siglo XIX, que “dan al visitante una impresión imponente provocando sensación de solidez monumental”, como destaca la publicidad al visitar su sitio web.
Sin embargo esta institución científico-académica esconde al interior de sus catacumbas historias poco contadas y que en estos días reflotan un fuerte debate iniciado en la década pasada acerca de los restos humanos pertenecientes a los pueblos originarios que se encuentran en dicha institución.
La discusión sobre la restitución, no exhibición de momias y restos humanos se reinició en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) a raíz de la aparición en los depósitos del museo de la cabellera y el cerebro, conservado en formol, del lonko Mapuche-Tehuelche Inakayal, cuyos restos fueran restituidos incompletamente en el año 1994 por la ley nacional Nº 23.940, que fuera promulgada por la Cámara de Diputados de la Nación en 1991, como respuesta a los persistentes reclamos de la comunidad de Tecka, Chubut, (lugar de origen del reconocido Lonko) en compañía de un sector estudiantil y académico de la UNLP.
Pero a diferencia de 1994, en la actualidad tanto los Mapuche organizados en La Plata como los propios estudiantes, y un sector aún menor de docentes y científicos ponen en cuestión la concepción con la que la institución fue creada a fines del siglo XIX por la famosa generación del ’80. Reflota además una historia poco contada: la de los Mapuche-Tehuelche, que fueron traídos como trofeos de guerra en la “Campaña del Desierto” con supuestos “fines científicos” a las instalaciones del museo, llegando al extremo de ser exhibidos con vida y cuyos cuerpos después de muertos fueron sometidos a prácticas de conservación y más tarde pasaron a ser parte de la atracción turística del famoso museo.
El caso del lonko Inakayal es paradigmático.
Según la historia, este reconocido lonko fue tomado prisionero junto a su comunidad por los soldados del general Roca en la invasión de la “Campaña del Desierto” quienes lo trasladaron a la cárcel de la Isla García donde permaneció unos años. Luego de iniciada la construcción del Museo de La Plata, Francisco Moreno trasladó un número no identificado de Mapuche a esta institución, donde fueron esclavizados hasta el final de sus días. Entre ellos al lonko Inakayal, junto a su familia y otros prisioneros Mapuche.
El 2 de octubre de 1887 muere prisionera del “Perito” Moreno la mujer del Cacique Inakayal en el Museo de La Plata de quien no ha quedado registro de su nombre .
¡¡¡Vamos por su restitución!!!
“Hija del cacique Inakayal ”.
“(…) Con un día de intervalo, ha muerto la indiecita de 7 años, más o menos, que tenía una nube en un ojo. El cadáver de esta, ha sido inhumado en el Parque, dentro
del cercado del mismo establecimiento.
¿Intervino la municipalidad para la sepultura? ¿qué médico ha dado el
certificado de defunción? (…)”
(Diario La Capital, martes 27 de septiembre de 1887)
“Prisionera de la Ciencia”, Hija del Lonko Inakayal prisionera en el Museo de La Plata donde mueren, y son expuestos en las vitrinas del mismo, Inakayal su padre, su madre, Margarita Foyel su prima, su compañera Tafa, y decenas de hombres y mujeres que morían luchando en defensa del territorio.
“Trukél, hijo del cacique Saihueque”.
Prisionero en el Museo de La Plata, 1886.
Esta corresponde a la serie tomada en el Museo de la Plata a los prisioneros capturados en 1885 en el marco de la campaña genocida iniciada por Roca.
Además de Inakayal, se cuenta la muerte de su esposa (que aún no ha podido ser identificada) y de la hija del Lonko, Foyel, entre las cinco personas que perecieron al interior de dicha institución científica.
El cacique Foyel es el padre de Margarita Foyel, quien muere prisionera del “perito” Moreno, el 23 de septiembre de 1887, en el mismo museo y pasa a formar parte de sus colecciones.
Sus restos fueron exhibidos durante décadas en sus vitrinas y aún hoy se allá en los sótanos.
Al momento de sus muertes, todas estas personas corrieron la misma suerte, sus cuerpos fueron disecados y conservados, especialmente sus cerebros, cueros cabelludos y la máscara de la cara.
Foto inédita: “Cacique Foyel, prisionero en el Museo de La Plata, 1886″.
La mujer del cacique Foyel, madre de Margarita Foyel quien falleció en el Museo de La Plata
Margarita fue la primera de las prisioneras que muere en la fatídica primavera de 1887 en el Museo de la Plata. Su cuerpo que pasa a formar parte de sus colecciones, fue exhibido durante décadas en sus vitrinas y aún hoy se allá en sus sótanos. Con la muerte de Margarita comienza el fin de la familia del cacique Inakayal prisionera dentro del Museo de La Plata.
En un informe realizado por los estudiantes, señalan que sólo se han identificado 25 restos hasta la fecha, en un total de 10 mil que se encuentran al interior de los depósitos, trabajo basado en el catalogo de la sección antropológica del Museo La Plata del año 1911.
El debate
La comunidad científica platense se plantea actualmente: ¿qué hacer con los restos humanos en exposición ?, ¿cómo enfrentar las decisiones que se tomaron en nombre de la ciencia en otro tiempo y que hoy parecen éticamente incorrectas o aberrantes ?, ¿cómo “generar conciencia y no doctrina”, a través de los objetos que se exponen ?
El pasado 30 de agosto, en una resolución histórica para los estudiantes, la Facultad de Ciencia Naturales y Museo a través de una sesión académica resolvió quitar de exhibición todo resto humano e impulsar una política de restitución de los cuerpos que sean demandados por su comunidad.
Recordemos que el mismo argumento que daban los investigadores en 1994 con la restitución de los restos de Inakayal sigue vigente aun, que es la preocupación de estos investigadores por el vaciamiento que se está produciendo en el museo, según ellos”.
Sostiene además que “estos supuestos científicos muestran esa preocupación contrariamente al respeto de los derechos de los pueblos originarios. Consideramos necesario realizar una historia critica de la génesis del desarrollo político-científico del museo,(…). Sólo así podremos interpretar y avanzar hacia una construcción y reflexión sobre los hechos históricos ocurridos en la conformación de este museo, tales como las expediciones de cacerías realizadas a indígenas en nombre de la ciencia, esclavizados en esta “Prisión científica”. (Parte de un documento del Claustro Estudiantil en su posicionamiento político con relación al debate que se lleva adelante en Ciencias Naturales).
En tanto Héctor Pucciarelli, jefe de la División Antropología Biológica del museo, aunque cree que la exhibición no constituye una falta de respeto, sostiene que “deben restituirse los restos en aquellos casos donde se compruebe realmente que quienes reclaman son descendientes”.
Por otra parte, Eugenio Aragón geólogo, profesor titular de la carrera de Geología, opina que “las exposiciones tienen un fin científico y académico”, además para él estos restos serían “los últimos testimonios de razas extinguidas”, sostuvo este “docente” en su intervención en la última sesión académica.
Por su parte la directora del museo etnográfico de Buenos Aires, Miryam Noemí Tarrago, invitada a la jornada “Las Colecciones Antropológicas en el Siglo XXI” realizada en el Museo La Plata, señaló que “hay muchos factores que indican que hoy no es conveniente la exposición de restos humanos”, y agregó además a la controversia un protagonista nuevo : “el público que asiste a los museos, la gente del lugar, que tiene un sentido de pertenencia y se niega a que ese patrimonio le sea quitado”, sostuvo. Y no aclaró su posición con respecto al tema.
La tibia participación en este debate de los propios pueblos originarios preocupa tanto a los estudiantes como a los pocos científicos con sentido ético relacionado a algo tan sagrado para cualquier cultura como son los restos de sus antepasados.
En un comunicado de prensa, la comunidad Mapuche-Tehuelche Callvu-Shotel, agrupada en la ciudad de La Plata, sostiene que “una vez más somos testigos de la falta de respeto hacia la memoria y la esencia de nuestros antepasados por parte de un organismo que en nombre de la cultura y la ciencia avasalla el derecho de todo un equilibrio milenario de vida”.
Sostienen además: “exigimos que el museo de La Plata restituya a las comunidades o regiones a las cuales pertenezcan los restos y el 50% de todo el usufructo obtenido desde el comienzo de las exhibiciones con restos perteneciente al pueblo Mapuche-Tehuelche”.
El legado del Perito Moreno
Francisco Moreno nació en Buenos Aires el 31 de mayo de 1852. Su pasión por la naturaleza y en particular por la Patagonia constituyeron motivaciones fundamentales que marcaron su accionar. En 1883, a los 21 años, inició su primer viaje de exploración a la provincia del Río Negro en compañía del ejército del general Julio Argentino Roca, un año antes de iniciar su anhelado sueño: “construir un museo para la grandeza de la naciente patria Argentina”, como sostienen los textos de historia argentina.
Luego de la sanguinaria campaña del ejército en el territorio Mapuche, en 1896 fue nombrado oficialmente Perito Argentino para realizar labor de distribución de los territorios ocupados y por el naciente problema limítrofe con Chile en la época en que ambos países se disputaban las tierras invadidas.
Al ingresar al Museo de La Plata, un enorme monumento a la grandeza de Moreno es lo primero que se puede ver, un homenaje que se le realizara en el año 2002 al cumplirse los 150 años de su natalicio. Además se editó el libro que lleva como título “Perito Francisco Pascasio Moreno. Un héroe civil”, escrito por Héctor Fasano.
Tal vez como en un intento de esconder la oscura historia del pasado de Moreno, los homenajes buscan mostrar una figura de “héroe” hacia las nuevas generaciones en este personaje. Pero este museo es un ejemplo claro de la poca humanidad que tenían los miembros de esa supuesta gloriosa generación. Parece un chiste de mal gusto ver un imponente monumento sabiendo que al interior de dicha institución más de 10 mil restos humanos se pudren en nombre de la ciencia. Más amarga se torna aún al saber que los huesos de este próser argentino descansan en la isla Centinela del lago Nahuel Huapi, a 30 km de la ciudad de Bariloche, lugar que Moreno en persona le negó a cientos de guerreros Mapuche.
En el Museo de La Plata se encontraban en las vitrinas (hoy en sus sótanos) los esqueletos de los caciques que resistían, armas en mano, la usurpación de sus territorios ancestrales, legitimando así el genocidio roquista.
FUSILADOS:
Esqueleto Nº 3: “Pichón”, Toba, Fusilado a los 24 años de edad, en el año 1887. Donación del doctor Carlos Spegazzini.
Esqueleto Nº 1769: “Petizo” Toba. Resistencia, Chaco. Fusilado en 1886 por orden del Coronel Obligado.
Colección Spegazzini
Esqueleto Nº 1863: “Capello”. Indio Ona (masculino), de la región austral de Tierra del Fuego. Fusilado entre Ushuaia y Harberton 1897. Donación del coronel Godoy, noviembre de 1898.
ASESINADOS:
Esqueleto Nº 4: indio toba cacique “León”, muerto en el Tragadero en 1887, por las tropas Argentinas. Colección Spegazzini.
Esqueleto Nº 773: India mestiza, araucana-africana, “Maria”, del cañadón del Trolopen. Fue muerta en 1888. El cráneo fue traído por el doctor C. Spegazzini, quien conocía personalmente a la finada.
Esqueleto Nº 1770: Cacique “Löwöreraik” (“El quemado”), Toba, que vivía entre Resistencia y Reconquista. Chaco. Muerto por el comisario de Resistencia, enero de 1887. Colección Spegazzini, quien conocía a este individuo personalmente.
Esqueleto Nº 1777: indio araucano (masculino), tribu Picunche, “Maria”, asesinado en Carmen de Patagones, 40 años. Viaje Moreno, 1875-76.
Esqueleto Nº 1786: indio Araucano (masculino), “Michel”, tribu de Calachú, muerto en 1888 por un integrante de la expedición organizada por el Museo, en Corpen Aiken, sobre el Rió Chico, territorio de Santa Cruz. Viaje Pozzi 1897-98
Esqueleto Nº 1837: “Sam Slick”. Indio Tehuelche (masculino). Asesinado en la colonia de Tre-Rawson, Chubut. Desenterrado por el doctor F. P. Moreno 1876-1877.
Fuentes Indymedia/ https://noticiasdeesquel.wordpress.com/2014/04/30/bayer-el-perito-moreno-fue-un-alcahuete-racista-y-fundador-de-fascismo/
Muy interesante, gracias por compartir!
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